Cuando te reincorporas a los quehaceres diarios tras un prolongado periodo de ausencia, la evidente descolocación y la apatía te devuelven de una patada a la más cruda de las realidades. Más todavía cuando el nivel de abstracción conseguido durante el peregrinaje vacacional ha sido tal, que los ecos políticos y sociales de nuestra rutina cercana eran solamente rumores de algunos descerebrados con ganas de alterarle la siesta a alguien. Sin conseguirlo, evidentemente.
Al retomarle el pulso a la actualidad, dejando de lado el sempiterno desconcierto e indiferencia que destilan los lideres de la derecha patria, llaman la atención los desajustes posturales que se vienen observando, día si y día también en las filas gubernamentales, sobretodo en materia económica.
-Solbes, el más listo de la clase, a la greña con Soria por un tema dental, dejando bien claro que en la cavidad bucal, aparte de dientes tenemos lengua y usarla con desconocimiento suele acarrear ciertos desfases idearios.
-El presidente asegurándonos que estamos en la “Champions” de las economías europeas, lo cual me tranquiliza enormemente a mi y a mi cuenta bancaria, que empezaba a presentar unos síntomas preocupantes de famélica anorexia, debido en gran medida a las subidas en la cuota hipotecaria.
-Y Andalucía como siempre.
En fin, que empiezo a tener mis dudas de que el gobierno siga en las mismas manos. Tal vez una delegación de Sarkozy haya sido inaugurada en las españas y yo no me he dado cuenta, con el espectacular espectro de posibilidades de desastre que acompañan al astro francés en su habitual forma de gestionar.
¿Volverá una cierta normalidad, o me tengo que volver a Italia donde con el amigo Berlus no hay opción a la sorpresa?
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