30 de octubre de 2007

Conviviendo con la mentira


Creo que el tiempo de la buena fe y la condescendencia ha expirado. Creo que se tienen que poner los diferentes estamentos jurídicos a trabajar en la posibilidad de un proceso para depurar las pertinentes responsabilidades penales en el más grande y bochornoso montaje desde la llegada de la democracia. No pueden quedar impunes ciertos personajes tras toda esta humillación. Tres años de lanzar mierda y enturbiar la convivencia a riesgo de reventar los mínimos de tolerancia, tres años de la negación de una derrota democrática, tres años de añoranzas pretéritas cuando las cosas se solucionaban de otras maneras. Peones negros de vergüenza eterna.

Pues bien, no han conseguido nada y aun estamos aquí. Eso sí, la verdad sólo es para quien la quiere leer; el resto que siga reafirmando conspiraciones y se vaya a dormir con la conciencia tranquila.

España en llamas


Dejando de lado las divergencias eternas para reconocer y superar el pasado y dejando de lado la pertinaz ceguera de una parte de la sociedad para reconocer la realidad, la historia puede reescribirse aunque sea de manera efímera y personal. Un videojuego nos permitirá por fin poner las cosas en su sitio y conseguir una satisfacción moral que se lleva negando ya demasiado tiempo. En el lado oscuro de la vida nos contentamos con tan poca cosa, que a veces hasta da algo de vergüenza. Eso sí, nosotros destrozaremos tarde o temprano a las hordas fascistas, pero no dudo que Mayor Oreja haga lo propio para evitar que la historia cambie y seguir viviendo los cuarenta gloriosos años posteriores “con naturalidad y tranquilidad”.

Si es que en el fondo somos como niños.

26 de octubre de 2007

Fe de erratas


Les puedo asegurar que no hay nada en esta vida que me congratule más con la humanidad, que el sentirme profunda y soberanamente equivocado. No es que me vanaglorie de ir siempre errado por la vida, sino que reconocer que mi punto de vista estaba desorientado, es un ejemplo de ubicación personal en la búsqueda perpetua de la humildad.

Creo que es casi imposible que haya alguien que haya sido más ferozmente crítico, alardeando de un supino desconocimiento, con el actual presidente francés, el ínclito Nicolas Sarkozy, que un servidor. Una desesperanzadora carrera como ministro del interior, un amiguismo con los populares patrios y una desmedida ambición política distorsionaron un enfoque que ahora reconozco como algo injusto.

Ciertas tendencias y posicionamientos de base, así como una predisposición real a la concordia de la sociedad francesa, bien vale el esfuerzo de una segunda oportunidad. Sus esfuerzos en materia medioambiental, con un firme compromiso de abanderar una solución europea al desfase sobre el efecto invernadero, son un ejemplo a imitar desde todos los ámbitos. A pesar de que considero que ciertas políticas sociales del programa del UMP dejan bastante que desear, no escatimaré esfuerzos en reconocer la precipitación excesiva en mis conclusiones. Sigo creyendo en la idoneidad socialista en Francia, pero creo que hoy en día existe un atisbo de esperanza en el margen derecho.

Cortandole las alas a la intolerancia


Una agresión racista debería ser en el peor de los casos una perfecta ocasión para reflexionar socialmente sobre nuestro futuro como especie; en el mejor, la posibilidad real de mejorar el mundo. Cierto es que el revuelo alcanzado mediáticamente por el caso de la chica ecuatoriana agredida en el tren, es un ejemplo de como no se deberían enfocar las cosas, con ese sensacionalismo que invade todos los aspectos de nuestro devenir diario. Aunque queda claro que el regusto amargo denota un trasfondo mucho más serio. Se ha creado tanta polémica efectista e impostada, haciendo hincapié en los aspectos más artificiosos de la noticia, que nos hemos olvidado de la verdadera esencia del suceso; una pobre chica que se ha visto humanamente despreciada a niveles de aberración moral. Sin embargo, aquí hablamos de una nación ultrajada y del politiqueo desmedido a nivel diplomático, sazonado por lapidaciones imaginarias al conjunto de la intolerable sociedad catalana. Nada debería quedar más lejos de esa realidad.

Deberíamos plantearlo como el escarmiento judicial a un impresentable que apenas se representa a si mismo, con toda la dureza que la ley nos permita, pero sin iniciar grandes revueltas contra una sociedad, que en esencia no nos consideramos racistas en ninguna de sus acepciones. E iniciar, si conviene, un debate de fondo y forma que intente poner freno de una manera seria y responsable a que surjan casos como este.

Si seguimos intentando solucionar los problemas bajo la luz exhibicionista de los medios de comunicación, dejando de lado la fragilidad de la naturaleza humana, nos empacharemos ampliamente de asqueroso entretenimiento, pero dejaremos la justicia y el amparo efectivo al necesitado en un plano tan ridículo como insostenible. Aunque seguramente sea eso lo que merezcamos.

16 de octubre de 2007

Cuando se pierde la razón


Hace falta tener una cara de cemento armado para decir según que cosas y quedarse más ancho que largo. Que ciertos personajes, con un talante superficialmente democrático, se sentían más a gusto bajo las directrices del antiguo régimen, es un hecho cada vez más patente. Figuras tristemente grotescas que escupen basura con cada palabra que sale de sus hocicos, respaldadas silenciosamente por la cúpula de un partido que moralmente se alojan cada vez más pronunciadamente en una inconsistente fantasía.

Será muy difícil, por no decir imposible, que podamos convivir con un mínimo de pacifica coherencia mientras nuestro panorama político, se vea salpicado por la presencia de impresentables que se obcecan en no condenar una dictadura, sean cuales sean sus orígenes y sus consecuencias.

12 de octubre de 2007

US Vs. the World


Los suecos están equivocados, la Europa occidental, las asociaciones no gubernamentales, el noventa por ciento de las agencias de noticias, la opinión pública, la ONU, la FAO, el protocolo de Kyoto, centenares de universidades, todos equivocados. La verdad suprema, acompañada de una fortísima campaña de desprestigio de todo lo que huela a ecología, nos la sirve la administración norteamericana, flanqueada por la sempiterna esencia del poder, las compañías petrolíferas y automovilísticas estadounidenses. Es indiferente que Al Gore haya sido distinguido con el premio Nóbel de la paz; su causa es estúpida y está viciada desde el origen. Cualquiera de los argumentos que utilice deben ser cuestionados hasta la extenuación o simplemente ignorados. Poco importa que si lo que interpreta es relativamente cierto, el mundo se va a la mierda. Lo sustancial es mantener el actual estado de autoridad y jurisdicción, para preservar el sagrado derecho de enriquecimiento. Libertad para beneficiarse ante la libertad para simplemente existir. Lo realmente triste es observar la capacidad que tiene el ser humano para jugar con su propia existencia. Aunque a decir verdad, visto lo visto, no creo que el universo nos echara en falta.

9 de octubre de 2007

Más allá de toda duda razonable



Fin de la comedia. Finalmente tenemos las premisas de la esencia de la democracia. El sistema judicial del país más poderoso e íntegro del mundo. Un ejemplo para el resto de las naciones del mundo, donde los derechos humanos están por encima del resto de consideraciones. Donde la honestidad y la rectitud siempre prevalecerán ante los pliegues camaleónicos de las interpretaciones legales.

En ocasiones, pertenecer a la misma especie que según que sujetos, te deja permanentemente instalado en la nausea más obstinada.

¿Que será lo próximo que se subyaga ante el bien supremo e intocable de los secretos de estado? ¿El genocidio? ¿El asesinato? ¿La violación? ¿El terrorismo? Perdón por la obviedad y Dios bendiga a los Estados Unidos de América.

8 de octubre de 2007

Cuarenta años sin el Che

Cuarenta años sin el Che son demasiados años. Cuarenta años sin la figura por antonomasia de la idea de la revolución. Cuarenta años sin el espíritu indomable del que fuera el azote ideológico del capitalismo. Hemos dejado paso, con el devenir de los años, a un cliché demasiado estereotipado de una vida de leyenda. Sí, es cierto que sigue siendo un referente de la lucha rebelde contra la injusticia social y sigue siendo también una entidad viva en muchas asociaciones sudamericanas; pero no podemos olvidar que es además, hoy en día, una imagen etérea e indefinida que se adopta para apadrinar las causas más ridículas.

Se alaba su figura desde los círculos comunistas más inflexibles y retrógrados, sin conocer que fue crítico hasta la saciedad con el régimen estalinista, encontrándolo absurdo económicamente y dogmáticamente intransigente. Critico asimismo con ese socialismo de manual, que basado obstinadamente en las obras escritas de Marx y de Lenin, pese a acertar en sus coherentes principios, se desviaban con un encorsetamiento desesperante. Su mayor aspiración ideológica, fue intentar trasmitirle a la gente, la bondad de ese marxismo que basaba todo su poder en un humanismo desbordante, dejando de lado las ataduras doctrinarias de las cúpulas soviéticas.

Poco importa asimismo, tras cuarenta años, si fue asesinado por la imposición directa de la CIA, o por ser una decisión espontánea del entonces presidente boliviano René Barrientos. Estaba en guerra sin cuartel contra el más despiadado de los capitalismos, contra la filosofía sagrada de la economía de mercado, y éstos, son desgraciadamente poderosos enemigos. Da igual si Terán apretó el gatillo o si su ejecución fue sólo un puro y artificioso montaje. La sociedad de la opulencia, la riqueza de los ricos, el odio a la igualdad, todos ellos mataron al Che.

Y es obvio que en el cuarenta aniversario de su muerte, saldrán miles de voces disonantes que asegurarán que era un asesino de niños, que era un simple mercenario o que su lucha era simplemente contra la realidad. Gente que siempre ha preferido pensar que el camino correcto es el camino más fácil, gente que cree que opinar diferente es sinónimo de peligroso, gente que siempre ha creído que la lucha contra la injusticia social solo debe hacerse desde la teoría.

Por todo ello y mucho más, cuarenta años sin el Che son demasiados años.


No porque hayas caído
tu luz es menos alta.
Un caballo de fuego
sostiene tu escultura guerrillera
entre el viento y las nubes de la Sierra.
N
o por callado eres silencio.
Y no porque te quemen,
porque te disimulen bajo tierra,
porque te escondan
en cementerio, bosques, páramos,
van a impedir que te encontremos
Che Comandante,
amigo.

Nicolás Guillén

4 de octubre de 2007

¿El amigo americano?

Pyongyang ya no forma parte del eje del mal. El acuerdo de desnuclearización de Corea del Norte es la principal referencia para el milagro. Es evidente que cuando se trata de países con escaso valor petrolífero, Bush, referente de la paz mundial, intenta acordar una salida diplomática. Y no es que el salvaje régimen stalinista coreano fuera mejor moralmente que el despotismo de Saddam, no, obviamente la costosa maquinaria norteamericana necesita un sustancioso y continuado engrase y la invasión de Iraq, a pesar de la sangre vertida , es aceptablemente una gran inversión. Corea del Norte, con un potencial de exportación basado en el arroz o el carbón, no parece lo suficientemente apetitoso como para exponerse a las bajas de algunos mozos de Montana o Wyoming.

Y espero que no se confundan mis palabras, a pesar de las toneladas de hipocresía rezumantes de la noticia, estamos ante un avance significativo para las gentes de una región excesivamente castigada por unos dirigentes trasnochados. Esperemos que sea un primer paso para la apertura democrática de un país que cuenta por centenares las bajas civiles por una administración de los recursos absurda. Un régimen anclado en unas ideas tan obsoletas y demacradas por el tiempo, solo puede causar dolor y desesperación. Ayer se dio un primer paso para cambiarlo, esperemos que no quede sólo en fuego de artificio y que la desaparición de figuras como el presidente Kim Jong-il sean la consecuencia inevitable de las políticas aperturistas.