6 de septiembre de 2007

Y de repente, la vida

El tedio y la apatía que conllevan los meses estivales suelen acarrear un oscuro y autocomplaciente deleite con la pereza. En el mejor de los casos, el abandono de los compromisos y los deberes, son los únicos damnificados. En el peor, la perdida de la esencia de la misma ilusión.
Sea como fuere, un periplo acelerado por la Toscana y un regenerador peregrinaje por tierras napolitanas han conseguido reavivar el impulso, que no el ingenio, y devolver tenuemente la pasión por la tinta. Recargar pilas creo que lo llaman.
En días venideros, cuando me asalte la vorágine de los avatares laborales, espero volver a importunarles con mi aburrida y cansina manera de entender la vida.Hasta entonces, les dejo con un soplo de vida observado desde San Gimignano.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Jaja, Don baba, resumiendo lo que usted tan poéticamente ha expresado, que se conecta desde el trabajo, como casi todos, y en verano... pues ya se sabe!

Bienvenido de nuuevo, le leo...

Por cierto, sin que venga al caso lean este blog y juzquen, si es cierta la teoría, la iniquidad humana

www.escepticismocriminologico.blogspot.com/

Bueno, el link no se si funcionará, en cualquier caso se llama:

escepticismocriminologico

JAL dijo...

Bienvenido! Menudas vacaciones!

Armando dijo...

Buena noticia esa de que haya aparcado el tedio y esté decidido a importunarnos de nuevo, porque lo decía Baudelaire:

¡es el tedio! Él nos llena de llanto sin motivo,
y fumando su pipa, imagina cadalsos.
Tú conoces, lector, al delicado monstruo
-hipócrita lector-, -igual a mí-, ¡mi hermano!

y porque le echábamos de menos, que coño!

El Perdíu dijo...

Estábamos a punto de ponerle falta...

Bernardo dijo...

Caray, San Gimignano, ees bonito pueblo tan apropiado al chistecillo fácil:

- Donde vas?
- A San Gimignano -pronunciese Gimiñano-
- Pues me la agarras con la...

Como ve, mi sentido poético es bastante más llano que el de Armando.
Celebro mucho tenerle de vuelta. Temí que tras mi paso por la Toscana cerraran las fronteras a turistas con inquietudes blogueras. Rimas como la aquí expuesta cargarían de motivos a los italianos.