29 de abril de 2007

Dios salve a la monarquía


Es curioso que en el mundo competitivo y pragmático en el que vivimos, sigan existiendo todavía casos tan anacrónicos como las monarquías existentes aún en el mundo. Señores y señoras que gracias a su estirpe divina o a que sus antepasados eran los más brutos y dominadores en épocas pretéritas, se agarran como garrapatas a una serie de privilegios que ofenden al sentido común.

Dejando de lado la irresponsabilidad personal de todos ellos de renunciar por ética y por lógica a tales aberraciones sucesorias, lo único que demuestran es la parasitaria forma de vida a la cual se han acostumbrado y de la cual se vanaglorian. Sin embargo, lo más esperpéntico, es la aberrante permisividad que manifiesta la sociedad actual del siglo XXI, otorgándoles una serie de prebendas y exenciones que rayan con la simple enajenación. Y no contentos con permitirles una vida regalada y un paraíso artificial en el cual se sientan a salvo del mundanal ruido, jaleamos como imbéciles babeantes el alumbramiento de cualquier vástago que traigan al mundo. Porque una cosa no se les puede negar, a pesar de tener ciertos riesgos de salud por el elevado nivel de consanguinidad, son verdaderos campeones en el campo de la fertilidad. Una buena dosis de ocio, acompañada de unas ganas locas de aumentar la familia, les hace los principales factores de la recuperación de la natalidad en el país.

Ante el nuevo nacimiento, del cual se verterán ríos de tinta y felicitaciones, sólo me queda añadir una cosa: Salud y república.

27 de abril de 2007

Ampliación del campo de batalla



Hay autores que con dos o tres esbozos sintácticos te dibujan un universo, real o irreal, que conecta con cualquier tipo de sensibilidad. Autores que presumiendo de un entramado estructural simple, elaboran una creación tan sutilmente compleja que sorprende cuando la llegamos a entender.

Michel Houellebecq seria uno de estos escritores. Con frases cortas y en ocasiones ingenuas, consigue desenredar las situaciones más perturbadas y obsesivas.

Para los que a la hora de plasmar las ideas necesitamos una ingente cantidad de palabras para definir cualquier memez, ese estilo tan personal y directo no deja de causar una admiración y una envidia evidentes.

Su novela “Ampliación del campo de batalla”, sería un valioso ejemplo de lo dicho anteriormente. Un mundo opresivo e incomodo, donde las relaciones humanas se basan en la superficialidad mas aterradora. Descrito de manera fría e impasible, dejando los sentimientos más nobles, pisoteados impunemente. Algo tendrán que ver los reiterados ingresos de Houellebecq en centros psiquiátricos, los cuales deben otorgarle una visión de la vida, tan caótica y apática que sólo puede traducirse en una exposición sosegada. Recuerda vagamente ciertas introspecciones de Huxley o de los más recientes Auster o Easton Ellis.

En fin, “Plataforma” y “La posibilidad de una isla” esperan.

25 de abril de 2007

El cuarto poder.


Dicen que en algunas partes del planeta, ser un héroe ha dejado de ser una rareza extraordinaria. Salir cada día a la calle y notar como ejecutan tus ilusiones a cada paso que das, debe ser una excusa continuada para arrojar la toalla, aún así te sobrepones y sigues adelante. A pesar de que en cada casa falta un niño, una madre o un abuelo y a nadie parece importarle.

Ya no nos movemos por valores morales, ya no tienen ningún interés las vidas humanas ni los sentimientos personales que se derivan. Hemos aprendido durante tanto tiempo a convivir con la frialdad de las cifras globales, que pensar en las particularidades pormenorizadas de cada caso, en personas concretas de carne y hueso, con sus rostros visibles y sus anhelos, es un ejercicio que nos sumerge en el hastío más profundo.

Toda esta sesgada presentación, tiene como finalidad referir el papel primordial y decisivo que han tenido los medios de comunicación en todo este entramado de insensibilidades. Escuchamos indiferentes las noticias sobre cualquier nuevo atentado en Iraq o Afganistán, importándonos primordialmente, si entre las victimas se cuenta algún compatriota implicado. Mueren 78 civiles y a nosotros nos llega a tocar la fibra sensible que ha resultado herido un periodista gallego al rompersele la cámara mientras fotografiaba a los mutilados. Pobre y abnegado profesional que se juega la vida por darnos la oportunidad de conocer la realidad informativa del lugar de primera mano.

Algún día tendríamos que analizar seriamente y sin disimulos, cual es el papel real del periodismo en el mundo occidental. Revisar motivaciones, orientaciones, profesionalidad y objetividad. ¿Realmente es necesario estar informado para ser feliz? No lo digo referenciandonos en nuestra existencia cotidiana, donde la respuesta es inequívoca, sino en un plano mucho más filosófico, donde la inmediatez de la consciencia es relativa. ¿Es real la necesidad del conocimiento de existencias lejanas? O simplemente alimentamos el ansia de sabiduría para tener un mayor discernimiento que los demás. Ya saben, aquello de “información es poder”.

Es curioso observar como el principal objetivo de cualquier gobierno, con mayor o menor artificio, es intentar mantener un control sobre la población a través de dominar los flujos y los contenidos de la información. Somos niños a los cuales se les debe inducir una manera de percibir la actualidad y lo que nos debe provocar tal percepción. No me negarán que se ajusta perfectamente a lo que ocurre en la cercanía de nuestra bipolarizada sociedad.

23 de abril de 2007

"Vendo costo del güeno"


Ojeando El Periódico sin ganas de profundizar en los temas farragosos y profundos del día, me encuentro con una noticia inesperada y asombrosa. De esos ramalazos periodísticos que te dejan con una inicial mueca de indecisión, para dar paso a un irrefrenable torrente de hilaridad.

La base real de la noticia se centra en un evidente atentado a la salud pública mediante el tráfico de sustancias ilegales. El hecho de que se dirija a menores debería inducirnos a aceptar la seriedad del caso; pero cuando empezamos a leer detenidamente el escrito del presunto delincuente, apenas puedes evitar que la mandíbula inferior se desencaje debido a las repetidas carcajadas. Realmente impagable, pese a la tristeza que tendría que causar tanto el acto en sí, como el supuesto analfabetismo del colega de la nota.

Sólo por el buen rato que me ha hecho pasar, estoy por solicitar una donación popular para pagarle la fianza.

Sant Jordi


Bon dia de Sant Jordi a Tothom.

Veritable diada, dia del llibre i dia dels enamorats de Catalunya. La festa catalana més emblemàtica; tots ens llancem al carrer amb ànsies consumistes centrades en les roses i els llibres. Un dia especial que gaudim passejant Rambla amunt i avall... encara que sigui un dia laborable.

19 de abril de 2007

1 vs. 100


Vaya por delante que me esperaba de la entrevista social de Rajoy algo más. Es cierto que pese a su incompetencia a la hora de mostrar su lado humano, se manifestó más o menos creíble en la presentación de su visión sesgada de la realidad.

Esperaba más altanería y superioridad y me encontré con una sutil turbación ante la llaneza del pueblo. Las preguntas de la grada, lejos de incomodarle, le suponían una leve intimidación inicial, seguramente prefijada en la estrategia actoral marcada, que se diluía cuando surgían las tablas del verdadero político. Supongo que si tienes delante a Rubalcaba o a Fernández de la Vega, la inventiva dialéctica está más afilada y te puedes explayar con mayor dureza, pues sabes que tus enemigos tienen las mismas armas que tú y no dudarán en utilizarlas. Pero si tus oponentes son ciudadanos de a pie, con unas capacidades oratorias limitadas por su escaso bagaje parlamentario y por el nerviosismo del momento, el nivel de replica se rebaja ostensiblemente. Se olvidan los fundamentos ideológicos y nos centramos más en las simples argucias electorales. Intentaremos convencer al máximo número de votantes con las promesas particulares que sean necesarias.

Dicho todo ello, no creo que su postura fuera muy diferente de la que utilizó Zapatero el otro día, pese a que al presidente no le pusieron en situaciones tan comprometidas y desagradables como a Rajoy. Pasó con una nota aceptable un difícil lance en el cual un político menos gris hubiera sacado matricula. Más o menos igual de anodino que Zapatero. Y es que hasta en la mediocridad se solapan los dos partidos mayoritarios del estado.

Hubo eso sí, dos detalles que me parecieron suficientemente significativos como para destacarlos. Manifestó un ligero nerviosismo ante una oportuna pregunta sobre la idoneidad de colocar al frente del PP al líder conservador más bien valorado por las encuestas, a Gallardón. Una sucinta mención a que su elección fue una decisión de partido (Aznar parece ser que no decidió nada), fue su esquiva respuesta. Y especialmente revelador fue su desparrame argumental en torno a la independencia que debería tener el poder judicial. Es posible ser más hipócrita y demagogo tratando un tema, pero les aseguro que en este caso el listón ha quedado muy alto.

En fin, más o menos lo que podía esperarse.


18 de abril de 2007

¿Perdiendo el corazón?


Hay ocasiones en las cuales mi apego por la especie humana es harto limitado. Y entre los más denostados de la raza, un servidor. Días en los cuales, debido a la imposibilidad momentánea de ser feliz o a lo sombrío que parece el mundo a veces, te inunda un fuerte sentimiento de desaliento.

¿Sirve realmente de algo que nos podamos comunicar entre nosotros? ¿Vale de algo la opinión de alguien, excepto para él mismo?

Estamos tan absortos con nuestras propias reflexiones, embriagándonos con nuestro brillante ingenio y firmeza, que sólo dejamos responder al contrario para seguir teniendo argumentos que rebatir, para con ello seguir disfrutando de nuestras soluciones. Importa bien poco si las construcciones del oponente tienen alguna base de certeza o de justicia. Sólo importa nuestra verdad, dejando bien claro que no existe la mínima posibilidad de que el otro pueda tener razón.

Seguimos día a día construyendo un gran universo de diferencias, un derroche de insanos sentimientos para herir lo máximo posible a quien tengas delante. Demostrar que tus ideas son tan inteligentes y están tan bien estructuradas, que tienden cabalmente a hacer el máximo daño posible. Nuestros amigos (los que piensan como nosotros) son cada vez más amigos y nuestros enemigos (los que no piensan como nosotros) son cada vez más enemigos. Agraviar hasta tal punto en el cual se pierda toda posibilidad de diálogo, eso es lo que mejor que sabemos hacer.

Y así andamos, llegando a situaciones tan esperpénticas, que evitan todo tipo de acercamiento. Así pues, no sería exagerado afirmar, que es prácticamente imposible imaginarse a un nacionalista de barretina yéndose de copas con un taurino sevillano, cerrando todos los bares de Madrid o Donosti. Es prácticamente imposible porque entre todos hemos creado el clima necesario para que así sea. Respiran diferentes tipos de aire, sus padres seguramente los querían de diferentes maneras, hablan idiomas tan diferentes que apenas comparten algún fonema, pero sobretodo debido a que perdieron su corazón hace tanto tiempo que ya ni se acuerdan.

Pues bien, aun a pesar de la inutilidad de ciertos ademanes gestuales, y de que será considerado como el clamor estéril y sin sentido de un loco, me gustaría reivindicar la posibilidad de conseguir un mundo mucho más cómodo para todos. De ser quien se quiera ser, sin que por ello se deba de ofender nadie. De escupirle al otro todas las barbaridades que se disparen en tu cerebro, pero sin enemistarse por ello, preservando el fondo pero adecuando las formas; intentando entre todos los excesos orales tener alguna recaída auditiva. De discutir y acalorarse con acertada pasión, para después refrescarse conjuntamente ante unas cervecitas. De disputar porque sí, sabiendo que el origen de cualquier polémica, las raíces de cualquier tensión, nacen dirigidas y nosotros nos sumamos borregilmente. En el fondo sólo somos peones en un mundo de reyes.

En fin, conseguir que la rigidez y el nerviosismo de nuestras existencias, se tornen un puro disparate sin sentido.

16 de abril de 2007

Donde dije Digo, digo Diego


Si hay un rasgo que sobresalga sobre todos los demás, de la interminable lista de atributos y peculiaridades de las que hace gala nuestro ilustre patriarca de la oposición, deberíamos subrayar su condición gozosa de gallego. Ejerce con una dedicación abnegada y sacrificada de tan acreditada condición galaica. Ya saben, aquello de que si te encuentras a un gallego a la mitad de una escalera jamás sabrás si se dispone a subirla o a bajarla. Pues bien, el muy ladino ahora va y se desentiende de la cruzada de la conspiración ideada por la “factoría de la trola” que dirige su buen amigo Acebes. Una tenue brisa en contra es suficiente para que mire hacia otro lado con el dibujo del disimulo perfilado en sus ojos.

No es que su postura de desmarque me parezca incoherente, no me entiendan mal; de hecho es la única racional si quiere mantener un mínimo de decencia. Lo que ocurre es que vistas sus habilidades de decisión y firmeza, y especialmente su fidelidad a la caverna, deja bien a las claras lo que nos espera si este sujeto llega algún día a gobernarnos (por decir algo).

11 de abril de 2007

El camino del exceso


Creo sinceramente que los programadores de los diferentes canales de radio y televisión que pueblan nuestra geografía, creen abiertamente que el montante de la audiencia que los sigue, son solamente una masa inerte y estúpida a la cual se le puede tomar el pelo sin la menor dificultad. Y probablemente tengan razón.

Se perpetra un pseudo-guión infumable y desbordante de fantasía, se le viste con la aparente seriedad de un reportaje de actualidad, se vuelcan las opiniones dirigidas de algún que otro indocumentado y ¡ya está!, ya tenemos un subproducto listo para ser consumido y con el cual aborregar las mentes de los cuatro incautos que se dejen confundir.

La clave está en desplegar con la mayor dosis posible de incontrolada bilis, un tema candente, ficticio o no, en el que el sentir de una parte de la población esté predispuesto a creerse cualquier barbaridad. No en vano, las campañas políticas atacando y despreciando a una parte de la ciudadanía, para ganarse el amiguismo y la complicidad de la otra, tienden a causar mella de forma irremediable. Ni siquiera los afines que levantan la voz para recalcar alguna incoherencia, tienen la más mínima credibilidad.

La única lastima es que los aprendices de brujo que se han encargado de atizar el fuego, aquellos que han sembrado el odio por donde han paseado su triste figura, esos, ni tan solo se verán salpicados cuando la mierda nos cubra hasta el cuello a todos.

Como citó Jacinto Benavente, “si murmurar la verdad aún puede ser la justicia de los débiles, la calumnia no puede ser otra cosa que la venganza de los cobardes”.

10 de abril de 2007

En el corazón de las tinieblas


Hay pocas cifras, de esas que se airean con tanta frialdad, que puedan causar un espanto tan mayúsculo como el que despierta la siguiente noticia, divulgando un tanto por ciento tan elevado como grotesco.

Estamos hablando ni más ni menos que de la mitad de los niños de uno de los países más poblados de la tierra, que sufren aberrantes abusos sexuales, lo cual supone en cifras totales, uno de los guarismos más escandalosos que se hayan dado jamás. La simple mención de la asiduidad de tales incidentes, debería inducirnos a borrarnos inmediatamente de las listas de la especie humana. Tales monstruosidades nos califica como cualquier cosa menos como humanos. Perdonen el desaliento, pero la brutalidad es lo suficientemente llamativa como para poner el grito en todos los cielos que nos salgan al paso.

Eso sí, a pesar de sufrir todos los abusos habidos y por haber, esos niños tendrán todas las posibilidades del mundo para triunfar en la vida. Tendrán todas las leyes y teorías capitalistas para velar por que sus parásitas ambiciones sean veladas con todo el celo posible. Siempre será más importante la libertad y las oportunidades del mundo empresarial, que sumir a la especie humana en el estercolero más pestilente.

9 de abril de 2007

Losing my Religion


Cuando se es ateo y se observa, con detenimiento, el comportamiento y las costumbres de los creyentes, tienes la sensación de vivir dos realidades paralelas que conviven, en teoría, sin agredirse demasiado. Ello conlleva que no se le preste demasiada atención, debido a lo habitual de las imágenes y pautas que nos invaden estos días, a ciertos procederes que se repiten constantemente. Está semana santa, con sus despliegues coloristas y fervorosos en la demostración de la fe (pasados por agua casi todos por cierto, vete tu a saber por el designio de que dios), me ha servido para constatar la hipocresía e irrealidad de las gentes de gran parte del territorio peninsular.

Dejando de lado el aspecto bullicioso y festivo de las celebraciones, donde la actividad vecinal se congrega en el ensalzamiento de una motivación común, propósito loable y sin objeciones destacables, podemos observar una serie de conductas que rayan la más errática de las demencias. Actuaciones que vemos a diario en las exhibiciones de devoción que nos salpican de horror desde el mundo árabe y que trasladadas con igual grado de desacierto a nuestra cotidianeidad, simplemente nos parecen la reafirmación necesaria de unas raíces a proteger. El memo de turno desde Rabat o desde Kabul, nos parece un inconsciente sin capacidad cerebral, por sus grandilocuentes demostraciones de fidelidad por los designios que le ordena su creador, sin embargo las flagelaciones y las exhibiciones de automutilación en aras de la exposición de un amor extraterrenal (y por supuesto, verdadero), se nos antojan como inocentes ejemplos de reafirmación. Es decir, las actitudes abominables e intolerantes del Islam, no lo son por su despropósito en sí, sino por la equivocación de la divinidad elegida.

Como decía el inigualable Sabina, “gracias a Dios, no soy creyente”.