26 de junio de 2007

La blanca estela dejada por el campeón


Ole, ole y ole. Los más grandes. El país referencia ante el cual los demás sólo podrán ver reflejada la impotencia de no ser los mejores, con ojos llorosos y la mirada ausente debido a la envidia eterna. Superando con creces a los todopoderosos Estados Unidos y cuadriplicando los números simplones y ridículos de la Unión Europea.

Si es que es absurdo negar la evidencia; cuando se trata de arrojo y lanzarse a tumba abierta hasta la consecución de un objetivo, hay que reconocer que como los españoles, nadie. En fin, sería descortés no alzar la copa al viento, “aspirar” con toda la fuerza de la que seamos capaces y gritar a pulmón partío: ¡Viva España!

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