11 de junio de 2007

Dios salve a los Estados Unidos de América.


Finalmente, tras muchas penurias identitarias, se empiezan a vislumbrar en el horizonte internacional ciertos movimientos de esperanza y buenaventura. Estados Unidos, poderoso y enérgico estado donde los haya, adalid de las causas justas y benefactor de los indefensos, ha decidido emprender una santa cruzada para intentar otorgarles la sacrosanta independencia a naciones que lo reclaman desde tiempos inmemoriales. Ejemplificado con un primer y esperanzador episodio donde la firme pretensión del mismísimo Bush, sólo tiene como objetivo inequívoco el plasmar la secesión de Kosovo de la gran Serbia. Un primer paso que deja la puerta abierta para que naciones como Escocia, Catalunya o Córcega, consigan cristalizar también sus ansias independentistas.

Ya puedo oír con diáfana nitidez las notas del bendito himno americano, sonando con estruendo al magistral paso de las tropas yanquis, entrando solemnemente por la Diagonal de Barcelona, ante la atenta mirada de los dos nuevos “amigos para siempre”, Montilla y Bush. Tropas que velaran por la seguridad de sus nuevos aliados, desplazadas desde las nuevas bases de Fraga y Sant Carles de la Ràpita, las cuales se ubicarán estratégicamente para evitar cualquier posible avance, tanto de las hordas valencianas como de las aragonesas. No fuera que intentaran recuperar el herido orgullo español.

Y todo ello otorgando cuatro o cinco concesiones, asumibles perfectamente, para tratar de satisfacer al gran coloso americano. Cambio de nomenclatura en el aeropuerto regional del Prat, que pasaría a llamarse Aeropuerto internacional JFK. Cambiar la receta original del “pa amb tomaquet” por una más nutritiva y sabrosa que se llamaría “pa amb ketchup”. Cambio inmediato de la denominación del Fútbol Club Barcelona por la de “Cowboys de Catalunya”. Un nuevo departamento de justicia, asesorado por las líneas maestras del ejemplar Jeff Bush, que empezará a imponer sentencias de muerte para los casos más alarmantes. Pero sobretodo, se hará especial hincapié en potenciar en todas las schools catalanas el bilingüismo obligatorio del inglés y el catalán.

Tanto atacar inconscientemente la política internacional de los norteamericanos, y al final su generosidad y sentido de la justicia han conseguido calar en todos nuestros corazones. Espero que algún día mi ingratitud sea perdonada y se me permita ser un fervoroso seguidor de la grandeza de los Estados Unidos de América.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Cataluña! Pueblo oprimido y expoliado donde los haya...
A su ecuación le falta una variable, apenas sin importancia, necesitan ser masacrados realmente. Nada de retórica del siglo XVIII y mártires de nuevo cuño -pienso en Salvadó-, una masacre y punto.
Entonces, tal vez, venga el amigo americano a salvarles ;)

Baba O'Riley dijo...

Bien visto, por mi patria sería capaz de dar hasta la última gota de sangre si fuera menester. :-O