18 de junio de 2007

Alguien voló sobre el nido del cuco


¿Que entendemos como locura? Quiero decir, estudiamos sus consecuencias y clasificamos los motivos y las razones que llevan a ella, pero ¿sabemos que es realmente la locura? No me refiero a sus manifestaciones médicas ni al tratamiento posterior a cualquier sintomatología existente; ni siquiera intento averiguar las causas de su estudio exhaustivo o la batalla continuada mediante química y psicología para su completa erradicación. Me refiero a la esencia misma de la locura, a la explicación filosófica que se deriva de los actos dementes. Sin juicios previos ni suposiciones arbitrarias, sólo con curiosidad metafísica.
Un tipo vive su vida en la mayor de las serenidades, abrazado alegremente por una idílica sociedad que le ha otorgado la complicidad de los triunfadores. Su entorno y las decisiones que rodean su existencia, son consensuadas y participadas con su propia determinación. Su esposa, sus hijos, su trabajo en la bolsa, su suscripción a El País, su seguro del hogar y sus vacaciones en Peñíscola le escupen a la cara la “normalidad” más apetecible. Su felicidad depende de la natural realidad que la sociedad le impone y en principio la acepta con la disposición sumisa requerida.
Un día recibe un fogonazo neuronal y su existencia y principios reciben una sacudida tan brutal que la percepción que tiene de la realidad se vuelve del revés. Decide comprarse un rifle de competición y liarse a tiros en el McDonalds más cercano. Un leve y superficial acceso al maravilloso mundo de la locura le incapacitará para seguir llevando la “vida normal” que los demás nos habíamos empeñado en que llevara.
¿Un loco piensa diferente o piensa más rápido que un cuerdo? ¿Su mundo se basa en fantasías y mentiras o en el desdoblamiento coherente de la realidad? Hay motivaciones y actuaciones que encerramos entre cuatro paredes porque no las entendemos o nos aterran formidablemente. Cierto que algunas patologías se desarrollan y explotan con violencia, pero proporcionalmente los arrebatos impulsivos son más inusuales en la población desequilibrada que en la población teóricamente sana. Por lo tanto, el mundo se divide en cuerdos y locos o en gente con sensibilidad extrema y gente ausente de sensibilidad.
Isaac Newton, uno de los matemáticos más excepcionales que ha dado la historia, extendía el razonamiento lógico de sus estudios sobre mecánica, a campos tan esotéricos como la teología y la alquimia. ¿Dejamos de considerarlo un genio para enclavarlo en el extenso ejército de los perturbados?

3 comentarios:

Virginia dijo...

Qué difícil¡ Bueno, imagino que un psicólogo conductista o un psiquiatra no freudiano responderían a esta cuestión aduciendo un "brote psicótico", un psicoanalista explicaría un enrevesado entramado del subconsciente que ahogaba el "yo" consciente y encubría algún trauma infantil; un neuropsicólogo lo explicaría por algún fallo de un neurotransmisor, y mi terapeuta, contemplaría todo el sinfín de posibilidades anteriores pero sobre todo, acudiría a evocar la toma de conciencia de lo que de verdad sentimos, en vez de lo que hemos construido -personalidad- para adaptarnos al mundo, como elemento fundamental para comprender y sentir toda acción humana.
(Menudo rollazo he soltado)

Baba O'Riley dijo...

Mi querida Virginia, en cuanto a las argumentaciones medicas basadas en funcionamientos neuronales prefiero ni siquiera entrar, son temas demasiado complejos para una mente tan limitada como la mía, ni tan sólo averiguar si se pueden o no encauzar los síntomas y desajustes; lo que asusta de verdad es pensar que podemos estar ante una evolución de la mente humana, que sin haberse amoldado todavía a los cánones establecidos de la realidad normal, sea infinitamente más liberador y satisfactorio que la encorsetada existencia social que vivimos.

Virginia dijo...

Querido Baba:
El ser humano, al carecer de medio ambiente propio como tal, a diferencia de los animales, necesita adaptarse al entorno para sobrevivir. Es así como comienza la cultura (desarrollo de herramientas, transformación del entorno, etc.).
Las personas no siempre nos podemos o queremos adaptar a nuestro entorno. A veces, esta no adaptación a la realidad y la necesidad de supervivencia llevan a la mente humana a desarrollar un "yo" paralelo al real, unas veces consciente, y otras, inconscientemente (lo popularmente conocido como esquizofrenia).
No sé si te vale esta pequeña aportación, es un tema complejo y inexcrutado todavía.