4 de mayo de 2007

Cita con la calamidad


Les prometo que mi intención era la de no volver a hablar de Sarko. Es un personaje tosco y antipático, de maneras farisaicas y evidentemente simuladas, del cual cualquier apunte sobre su persona es muy dificil que pueda ser medianamente gratificante. No me encuentro a gusto destacando las carencias humanas, ni las incoherencias políticas de nadie, ni aunque sea alguien tan indudablemente criticable como el líder de la derecha francesa. Sin embargo, observando cada aparición pública y cada declaración suya, no podemos menos que llevarnos las manos a la cabeza, analizando el inevitable destino al que se encamina la sociedad francesa. Es imposible aunar unas bases arguméntales tan pobres, con una demagogia patriotera más demencial; una ideología tan clasista con una intolerancia a la diferencia más acusada. Y encima hacerlo de tal manera que los cuatro pelagatos de turno sean capaces de reírle las gracias y convertirlo en el ejemplo de la flexibilidad conservadora. Miento, algún antecedente podemos encontrar, precisamente en la política española, en concreto en los ocho años de despropósitos del amigo íntimo de Bush.
Pues bien, este personaje, si la justicia divina no lo impide (y ustedes y yo sabemos que Dios no existe), será el próximo residente del Eliseo. Un país como Francia, referente mundial en infinidad de aspectos, liderado por un insensato que en su día confundió la lealtad con la ambición. La elegancia y el savoir faire de dirigentes como Chirac o Villepin esquilmado con toda la falta de tacto y delicadeza de la que puede ser capaz un ser humano. Creo que Francia y Europa se merecen algo más de integridad y rectitud que la que nos espera con este fulano. El tiempo desengañará a los franceses, pero las consecuencias nos llegarán de rebote a todos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues ayer el ínclito Jorge Moragas daba saltos de alegría, ya veía a Rajoy ganador, siguiendo la estela francesa... aunque creo que Sarko convencería aunque estuviera en otro partido, es un personaje con un tirón popular indiscutible... se le ama o se le odia, nada de gris o medias tintas... todo lo contrario que nuestro querido gallego.

El Perdíu dijo...

¿Elegancia y saber hacer de Chirac? ¿El mismo que tiraba bombas en mururoa? ¿El qué está imputado por corrupción tras su paso por la alcaldía de París? ¿El amigo del régimen serbio?
Baba, me soprende ustede mucho...

Baba O'Riley dijo...

Mafalda, vamos a ver, ¿usted le ama o le odia? Es que así no hay manera.

Sorpresivo Perdiu, todas ellas razones que deben hacer que usted se estremezca de placer. Aun así, pese al fondo real e insufrible de Chirac, me refería a sus exquisitas formas, que distan años luz del nuevo rottweiler del Elíseo.

Anónimo dijo...

quisiera odiarle mais je l'aime... reconozco que es un personaje que me fascina