2 de mayo de 2007

Aló presidente


Hay que reconocer que Chávez es entretenido un rato largo. Impresentable, demagogo e incorrecto hasta la extenuación, pero paradójicamente divertido.

Ahora el sujeto se descuelga con la amenaza de la salida de Venezuela del FMI y del banco mundial, e incluso con la retirada de la Organización de Estados Americanos. Un pasito más hacia la esquizofrenia más incontrolable.

A pesar de que tanto el organismo que preside Rodrigo Rato, como el dirigido por el repulsivo Wolfovitz, sean dos paradigmas del funcionamiento ineficaz, sazonado con unos sueldos en ambas entidades alejados vomitivamente de la realidad, a pesar de ello como digo, las maneras de Chávez no son de recibo. Ese aislacionismo, secundado únicamente por regímenes como el cubano, que intenta extender a base de medidas populistas y respaldado por el respaldo de la producción petrolífera, sólo se sustentará coherentemente a corto plazo. Si se empeña en granjearse el vacío internacional y se obceca en el choque frontal contra “míster Danger”, conseguirá un estancamiento de la economía venezolana en menos tiempo del que nos podamos pensar. A pesar de erigirse recientemente en el principal país productor de crudo. Ello desgraciadamente sólo conllevará carencias y restricciones a una población ya de por sí martirizada por una clase política grotesca.

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