12 de febrero de 2007

Sólo es fútbol


El fútbol siempre se ha considerado el deporte rey, en parte por esa pasión que levanta a partir de niveles básicos y primitivos. Los clanes, la lucha, el campo de batalla, los colores, la humillación del enemigo, los colores de los estandartes; en fin, la esencia guerrera del ser humano desviada hacia un divertimento en teoría inofensivo.

Once representantes de una forma de entender la vida se oponen a otros once portavoces de costumbres totalmente ajenas. Capitaneados en un sustrato superior por el jefe de la tribu, el pater todopoderoso que velará por la salud, económica y física, de todos sus ahijados: el presidente de club.

Ese ser superior, como principal arma de ataque y defensa, suele utilizar la politización del deporte. Extiende sus dotes de inteligencia extraterrenal y echa mano de los peores ardides reflejados en su principal libro de cabecera, el “Manual para engañar a los tontos”.

Y en este punto nos topamos con nuestro personaje; realizando danzas tribales y gritos simiescos sin ningún sentimiento del pudor, causando vergüenza ajena copiosamente. Moviendo su esqueleto entre cánticos de “polaco quien no bote” ¡Que ejemplo de decoro!. ¡Que adalid indudable de las buenas maneras!. ¡Que saber estar tan arrollador!. El paradigma de la exquisitez de las formas por la cual los demás seremos juzgados.


Como dijo Hill Shankly, “El fútbol no es una cuestión de vida o muerte; es mucho más importante que eso

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Sí, el fútbol es opio para el pueblo, pero también canaliza muchas otras cosas.

Como sería nuestro mundo sin fútbol o una válvula de escape diferente? pensémoslo... inquitante perspectiva

Es curioso pero en Irán el futbol femenino es una pasión (para las féminas, por supuesto, los demás ni pueden entrar en el campo), es su manera de sentirse independientes, juegan con su chandal y su chador... y ello les hace sentirse libres...

Todo es relativo

Anónimo dijo...

Veo que no tiene miedo de enfrentarse en su flamante bitácora a temas realmente importantes. Yo no me atreví a hacerlo en el mío, excepción hecha de algunos partidos de Champions del Barça.
He de reconocer que es usted audaz.
Por cierto eso de "polaco el que no bote" es literal?

Anónimo dijo...

Salvador Espriu, el más laureado poeta del nacionalismo catalán –al tiempo que amadísimo hermano del camarada José Espriu Castelló, secretario general del SEU regional, jerarca de la Falange y temible martillo de demócratas en la Barcelona de los años cuarenta– solía repetir que su misión en este valle de lágrimas era recuperar los significados de las palabras. Nuestro llorado bardo se refería, claro, a la lengua vernácula. No obstante, catalán y castellano, al cabo hijos bastardos del latín ambos, comparten el sentido de muchos términos. Por ejemplo, la voz "liquidar" denota idéntica e inquietante realidad, tanto en el DRAE como en el Pompeu Fabra. (Liquidar: Hacer el ajunte formal de una cuenta. Poner término a algo o a un estado de cosas. Desembarazarse de alguien, matándolo.)

De ahí que no hubiese lugar a equívocos en aquella respuesta unánime y entusiasta que las supremas glorias vivas de la cultura catalanista ofrecieron, en 1977, a la siguiente pregunta de la revista Taula de Canvi : "¿A los catalanes (de origen o radicación) que se expresen literariamente en lengua castellana hay que considerarlos como un fenómeno de conjunto que hay que liquidar a medida que Cataluña asuma sus propios órganos de gestión política y cultural?". Lacónico, el gran Espriu (Salvador) confesó: "Espero y deseo que sí". Por su parte, Manuel de Pedrolo necesitaría una espesa coartada de cuarenta y tres palabras para repetir lo mismo: "No hemos de discutir a nadie el derecho a escribir en la lengua que quiera, pero nadie tiene derecho a convertir una lengua forastera en un arma de destrucción de la identidad del pueblo al cual pertenece o en el cual se inserta". En cambio, más en la línea marcial y conceptista del patriarca de la lírica doméstica, Antoni Comas no se anduvo con disimulos ni mojigaterías: "Como hecho colectivo, como fenómeno de conjunto, hay que liquidarlo a medida que Cataluña recupere su autonomía". Al igual que Joaquim Molas, otro decidido partidario de la solución final para los charnegos desagradecidos: "Si las soluciones son las que deberían ser, los que utilizan la lengua castellana tenderían a desaparecer".

Ahora se van a cumplir justo treinta años de esa solemne deposición colectiva de la crema de la intelectualidad nacionalista. Y en ese tiempo, sus aplicados discípulos –para qué ocultarlo– nos han ganado todas las batallas. Así, huelga recordar que su gallardo escupitajo en nuestras caras ya luce estampado con letras de oro en el articulado del nuevo Estatut. Eso sí, nos quedaba una última trinchera donde resistir: el significado de las palabras. Y han tenido que ser precisamente "los nuestros", los idiotas de Madrid, quienes nos expulsaran de ella; quienes hubieran de explicarnos que, en castellano de Castilla, "progresista" significa Pérez Tremps, Maria Emilia Casas y los otros cinco que han de daros la puntilla final.

Durante la dictadura de los milicos, en el aeropuerto de Montevideo alguien hizo una pintada célebre que rezaba: el último que apague la luz. Pues eso.

Baba O'Riley dijo...

Trista conseqüència de la nostra manera de pensar si ens continuem pensant que les llengües nomes serveixen per dividir. La veritable llibertat de expressió ens porta al absolut coneixement de tots els idiomes possibles. Sigui ara o fa trenta anys. El nacionalisme es el sentiment, no la manera d'expressar-lo.

Anónimo dijo...

Sr. Baba, como entra al trapo con polémicas lingüísticas...? alguien quiere provocarle y lo consigue, ahora dirán que es usted un maleducado por escribir en catalán...

pero si el post empezaba hablando de futbol y de las pasiones humanas!!... ah, pero claro, polemizar tambien es una de ellas!

Discutir y discutir, pasión humana y muy española, por cierto...

Anónimo dijo...

Le copypastean un artículo de Libertad Digital y usted entra al trapo como un toril desbocao. No ve usted que es justamente lo que quieren.

Hay sujetos que quieren, y viven, justamente de esto: desean acabar con el bilingüismo en Catalunya, generar crispación en una sociedad que ha dado la espalda a estas memeces desde siempre, es decir, buscan el choque entre nacionalismos como dialectica política, es su terreno el de la polémica, y es donde mejor se mueven: agitprop.

Un debate esencialista esteril por no sustentarse en argumentos razonados si no en sentimientos.

El Perdíu dijo...

Baba, sinceramente, creo que sólo está legitimado para indignarse con el "polaco el que no bote" quien lo haya hecho con el "Madrid se quema, se quema Madrid" del Camp Nou o con el "madrid cabrón de Eto´o.
En fin, el fútbol como excusa para las pasiones de la tribu (sea la tribu que sea, la de allí o la de aquí...)

Anónimo dijo...

¿Y qué decir de Etoo? Eso sí que son declaraciones incendiarias, y no las de Rajoy. Orgullo racial, intrigas al descubierto y fuego cruzado contra todo lo que se mueve.
Le pido fervorosamente que no abandone el tema del fútbol. Aunque sólo lo trate de forma ocasional. Yo, como ya le dije, no me atrevo con tanta responsabilidad.