7 de octubre de 2008

Decálogo de porque no existe la racionalidad.


Porque entre tanta verborrea ensordecedora siempre encuentras a alguien que le apasione la estética del silencio.

Porque el amor y la paciencia se suelen compaginar para intentar conquistar el mundo.

Porque la lascivia en las miradas sigue siendo el único nexo que nos queda con el animal que llevamos dentro.

Porque cuando te sientas de noche y en invierno a orillas del mar sólo se escucha el gruñido de las olas.

Porque para beberse el mundo siempre haya que ser sorprendente hasta la ridiculez.

Porque para jugar una partida de ajedrez contra Dios sólo necesitas una duda muy grande.

Porque para perder la dignidad hace falta algo más que agachar la frente.

Porque a la humanidad le importa una mierda la verdad.

Porque en una realidad de tiburones sólo te queda soñar con sirenas.

Porque para olvidar la amargura cotidiana siempre podemos caminar unos pasos por el sendero de la locura.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hay un par de sus aseveraciones con las que me siento especialmente de acuerdo... y da qué pensar.

Maf

Baba O'Riley dijo...

¿Y cuales son, alma de cántaro, las dos chorradas que le han hecho menear las neuronas? Si me permite la pregunta, claro.

Anónimo dijo...

Porque la lascivia en las miradas sigue siendo el único nexo que nos queda con el animal que llevamos dentro...

Por supuesto :-)