Fin de la comedia. Finalmente tenemos las premisas de la esencia de la democracia. El sistema judicial del país más poderoso e íntegro del mundo. Un ejemplo para el resto de las naciones del mundo, donde los derechos humanos están por encima del resto de consideraciones. Donde la honestidad y la rectitud siempre prevalecerán ante los pliegues camaleónicos de las interpretaciones legales.
En ocasiones, pertenecer a la misma especie que según que sujetos, te deja permanentemente instalado en la nausea más obstinada.
¿Que será lo próximo que se subyaga ante el bien supremo e intocable de los secretos de estado? ¿El genocidio? ¿El asesinato? ¿La violación? ¿El terrorismo? Perdón por la obviedad y Dios bendiga a los Estados Unidos de América.
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