11 de marzo de 2007

¡Campeones, campeones!


Curiosa manifestación la del sábado, un verdadero ejemplo de eficacia estructural, milimétricamente orquestada hasta el más mínimo detalle. El más sincero de mis halagos, para esos cerebros privilegiados que tan diestramente han sabido conducir a sus obedientes rebaños; incluidas las listas de las frases e insultos a corear y el momento en que debían ejecutarse. Pero claro, jugaban con una cierta ventaja; tenían aprendidos los papeles y los tempos después de los ensayos del día anterior. Consiguieron la misma sincronía y esplendor que en una ceremonia de los oscars, incluyendo los salvadores de la patria paseándose con sonrisas de a palmo por la alfombra roja. Un aplauso a los vencedores. Bravo.
Lastima que se haya quedado en la retina, la sensación de poca espontaneidad del espectáculo. Mucho antes de su celebración, ya se había decidido en algunos despachos, que iba a ser la mayor manifestación de la historia, fuera cual fuera el resultado y el número real de asistentes. Amén de la imborrable estampa de los millones de dichosas banderas, que parecía mismamente que España por fin había ganado un mundial de fútbol.
Y claro al final sólo nos quedan las evidentes conclusiones. De un lado desfilaban los buenos, los elegidos para salvar el honor y librar de la tiranía a España; en el lado opuesto, acobardados ante la respuesta incontestable de la verdad, se alinean ETA, el PSOE, Al Qaeda, Carod Rovira y Oleguer. O lo que es lo mismo, todo el que se oponga al PP, sea cual sea su ideología. Mención aparte merece Rajoy, intentándose mantener inmutable en su posición de ambicioso estratega, moviéndose igual que un zorro rodeado de gallinas, excediéndose en ocasiones en sus esperpénticos delirios de sarcasmo. Todavía se me escapa la risa cuando recuerdo su monologo llamándole hooligan a Zapatero. Si lo hubiera rematado con unos pasitos adelante y otros atrás como Chiquito de la Calzada, hubiera salido a hombros del hemiciclo entre los aplausos y las carcajadas de todos los grupos parlamentarios. Una lástima, porque al final con ese semblante serio y desencajado, parecía talmente que se creía las estupideces que había llegado a decir.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

A veces no sé si siento rabia o lástima cuando leo este tipo de visiónes sectarias, parciales y obtusas. Me consuela saber que no estoy sólo en lo del odio visceral, ya sabe Mal de muchos, consuelo de tontos.
¿Se unirá al coro de palmeros cuando vuelvan a sacar Irak como está haciendo con el 11M? Al parecer la gran Contra-Ofensiva está a punto.

Baba O'Riley dijo...

Amigo Armando, no intentaré a estas alturas disimular la tendencia que rige mi ideología, ni siquiera intentaba parecer imparcial. Se cual es mi sitio y no me escondo por ello, aunque le reconozco que a veces las maneras se me empapan de vehemencia. Pero ¿cree usted, con el corazón en la mano, que ese movimiento furibundo que se desparramó por Madrid no tenía también una visión sectaria, parcial y obtusa?
P.S.: De todas formas, debido a mi naturaleza dispersa y pueril, le prometo que el verdadero disgusto del sábado casi me lo da su Madrid.

Unknown dijo...

¿"Su" Madrid?
¡Rayos, tenía que haberlo imaginado antes!
Claro que eso debe explicar el cabreo de nuestro amigo Armando en los últimos años. ¡España -o el Real Madrid, tanto monta para el español decente y normal- se hunde!

Y en cuanto a su estupenda crónica, apreciado Baba, no encuentro ni odios ni sectarismos. Es más, ha sido muy, pero que muy suave.

Baba O'Riley dijo...

Bernardo, como siempre, el cristal con el que observamos la realidad nos proporciona después la adjetivación necesaria para definirla.
Su apreciación del binomio "Real Madrid - España decente", me parece de lo más atinado que he escuchado últimamente.