19 de abril de 2007

1 vs. 100


Vaya por delante que me esperaba de la entrevista social de Rajoy algo más. Es cierto que pese a su incompetencia a la hora de mostrar su lado humano, se manifestó más o menos creíble en la presentación de su visión sesgada de la realidad.

Esperaba más altanería y superioridad y me encontré con una sutil turbación ante la llaneza del pueblo. Las preguntas de la grada, lejos de incomodarle, le suponían una leve intimidación inicial, seguramente prefijada en la estrategia actoral marcada, que se diluía cuando surgían las tablas del verdadero político. Supongo que si tienes delante a Rubalcaba o a Fernández de la Vega, la inventiva dialéctica está más afilada y te puedes explayar con mayor dureza, pues sabes que tus enemigos tienen las mismas armas que tú y no dudarán en utilizarlas. Pero si tus oponentes son ciudadanos de a pie, con unas capacidades oratorias limitadas por su escaso bagaje parlamentario y por el nerviosismo del momento, el nivel de replica se rebaja ostensiblemente. Se olvidan los fundamentos ideológicos y nos centramos más en las simples argucias electorales. Intentaremos convencer al máximo número de votantes con las promesas particulares que sean necesarias.

Dicho todo ello, no creo que su postura fuera muy diferente de la que utilizó Zapatero el otro día, pese a que al presidente no le pusieron en situaciones tan comprometidas y desagradables como a Rajoy. Pasó con una nota aceptable un difícil lance en el cual un político menos gris hubiera sacado matricula. Más o menos igual de anodino que Zapatero. Y es que hasta en la mediocridad se solapan los dos partidos mayoritarios del estado.

Hubo eso sí, dos detalles que me parecieron suficientemente significativos como para destacarlos. Manifestó un ligero nerviosismo ante una oportuna pregunta sobre la idoneidad de colocar al frente del PP al líder conservador más bien valorado por las encuestas, a Gallardón. Una sucinta mención a que su elección fue una decisión de partido (Aznar parece ser que no decidió nada), fue su esquiva respuesta. Y especialmente revelador fue su desparrame argumental en torno a la independencia que debería tener el poder judicial. Es posible ser más hipócrita y demagogo tratando un tema, pero les aseguro que en este caso el listón ha quedado muy alto.

En fin, más o menos lo que podía esperarse.


13 comentarios:

Anónimo dijo...

Ayer vi un Rajoy que estuvo mucho mejor que de costumbre.

Acostumbrados nos tiene a su imagen de hombre gris, siempre rodeado de "el tiñoso y el canijo" que tan flaco favor hacen al PP, y a él mismo...

Ayer en cambio me pareció más suelto de d'habitude, más persona y la verdad es que aunque jugaba con ventaja (pudo observar y aprender del programa previo con ZP), se batió bien, y es justo reconocerlo.

De todos modos esto no decide a nadie, ni convence más que a los convencidos de antemano, pero si sirve para que algunos sectores del PP se den cuenta que desembarazándose se ciertos individuos, llegarían más lejos... o tal vez mejor que no se den cuenta.

Por cierto, no comenrta usted nada sobre el varapalo de los obispos a FJLS antesdeayer?

Anónimo dijo...

A mí me llamó la atención las reiterativas llamadas del candidato Rajoy a enseñar inglés "por que en China lo hablarán", a potenciar las relaciones económicas con la China y la India... por lo que pareció, China jugaría un papel importante en el futuro de la relaciones internacionales si el PP ganase las elecciones, y claro a mí me asalta una duda conceptual: ¿cual es la diferencia entre el régimen Chino y el cubano para que el PP sólo cargue sus iras contra el segundo? quiza para conocer la respuesta deberiamos llamar a Bush y no a Rajoy.

Anónimo dijo...

Osea, todos coincidimos en que estuvo bien.

Rajoy for President!

El Perdíu dijo...

Estuvo muy bien. Es una persona formada, y a mí me parece serio y honesto, lo que no es (formado) ni parece (ni serio ni honesto) el presidente del gobierno. Y eso que el público parecía elegido por Carod Rovira.
En fin, si leyeran algo más que el periodico o vieran algo más que tevestrés verían que ni el pepé es la extrema derecha, ni rajoy es la gran banca, ni nada de eso.
Pues eso

Baba O'Riley dijo...

Mafalda, le noto un cierto síndrome de Estocolmo. Piense que del reconocimiento inicial de las virtudes, a prestarle eventualmente el voto hay un sólo paso. Persígnese y dé gracias a Dios que esté yo aquí para advertirle de los peligros. Y del tema del Ayatolah, he decidido que la peor campaña que se le puede hacer es demostrar la indiferencia que se merece el sujeto.
Bien visto lo de Cuba, Miquel. Sin querer entrar a defender a Castro, siempre me ha parecido fascinante la fijación de la derecha con el país caribeño. Mirando hacia otro lado ante gobiernos totalitarios más sangrantes. En fin, qué le voy a explicar de la hipocresía liberal que usted no sepa.
Vamos a ver, camaradas Perdiu y Armando, tampoco hay que exagerar en las conclusiones, ni fue tan brillante ni aparentó una proximidad y complicidad con la gente. Intentó dejar los modales "aceberos" en el guardarropa y asumió un papel mucho más amable y electoralista. Si hubiera estado en un mercado besando niños, sus reacciones hubieran sido muy similares. Aun así, no les niego la esencia de sus observaciones; no pareció el hooligan de las ultimas apariciones.

Armando dijo...

¿Quiere saber cuál es, para mí, el argumento definitivo por el que hay que votarlo?
En libertad digital lo han ninguneado, sin apenas noticias sobre su intervención y con un único artículo de opinión...en contra!

Baba O'Riley dijo...

Armando, no estará insinuando que LD es un diario de tendencias extremistas o que Rajoy esté reconociendo que la radicalidad de la línea marcada por su ala dura es errónea ¿verdad?
Yo creo que si quiere plantearse realmente ganar las elecciones, no tiene otro remedio que suavizar posiciones y desprenderse de esos lastres exaltados que tiene en su partido. La extrema derecha es terriblemente fiel, pero alimentarla ideológicamente significa la perdida del electorado de centro que en el fondo es quien decanta la balanza. Un humilde consejo, Gallardón no debería quedar fuera de los órganos nacionales de decisión del partido.

Armando dijo...

Ahora no tengo tiempo ni ganas: Gallardón es lo peor de la política, es lo más parecido a un socialista de los que hoy mandan en el PSOE es un demagogo sin escrúpulos, un ventajista, capaz de apuñalar por la espalda a cualquiera, un señorito madrileño, la misma clase de gente que mantuvo al régimen durante 40 años.
No se equivoque, aquí no y no se deje confundir.

Baba O'Riley dijo...

Pues que quiere que le diga, Armando, ser "lo más parecido a un socialista de los que hoy mandan en el PSOE", sin ser una garantía de honestidad, no me parece la peor tarjeta de presentación posible. En cuanto a los que mantuvieron el régimen durante cuarenta años, tendría usted que mirar un poquito más a la derecha de Gallardón. ¿Será que las consignas del Ayatolah causan más mella de lo que usted quiere reconocer?

Armando dijo...

Yo más, no puedo hacer...

Tanhäuser dijo...

A propósito de la parodia Rajoyniana, leí hace poco un post muy interesante en http://don-aire.blogspot.com. El post es del 19 de abril.
Creo que te gustará.
Saludos

El Perdíu dijo...

Lo que pasa es que ustedes esperaban que sacara la escopeta y se pusiera a disparar a los catalanes y vascos que por allí habían. Que sacara una bandera con el águila de san juán y que hiciera rezar el rosario a Lorenzo Milá.
A veces tengo la sensación de que viven ustedes en una realidad virtual, tipo matrix, en la que hay un malo malísimo (rajoy) y un montón de quintacolumnistas cabrones (piqué, lo des ciudadanos...)

Baba O'Riley dijo...

Armando, le veo un tanto conformista; creo que la primavera está haciendo estragos en su carácter combativo.
Querido Tanhäuser, suelo estar atento a "De bat a bat" con bastante regularidad y el post al que hace referencia, es un trabajado ejemplo de política-ficción con una ironía especialmente sutil. Las respuestas de Don Güevos tampoco tienen desperdicio.
Insuperable Perdiu, creo que vivimos en la misma realidad virtual, pues su visión sobre Carod o el catalanismo democrático, es igual de injusto y parcial que lo que usted me relata.